Shin Fujiyama dio a conocer a través de un medio web que construyó una comunidad completa en El Progreso; para niños de los bordos de los ríos de ese municipio de Yoro, Honduras, y que además inició la escuela 64 en La Lima, Cortés.
Fujiyama a quien le dicen que tiene rostro de japonés, cerebro estadounidense y corazón “catracho”, tiene una fundación en El Progreso, además el proyecto Villa Soleada, donde tiene una colonia.
“Estamos queriendo romper la cadena de pobreza para una comunidad entera, para los niños que vienen de los bordos de los ríos de Progreso tengan casa y una educación de alta calidad también; para que cada uno de ellos vaya a la universidad”, expresó Shin Fujiyama.
“En Villa Soleada construimos 46 casas; hasta ahí llega la propiedad, pero tenemos un hogar de niños también para menores que no tienen familia”, agregó.
Recordó que está también en la misión de construir mil escuelas en Honduras; “ya llevamos 63 y justamente comenzamos con la número 64 en Flores de Oriente de La Lima”. El centro educativo de ese lugar fue completamente destruido por las tormentas Eta e Iota.
También te puede interesar: Capturan a alcalde acusado de cuádruple asesinato
“Luego vamos a llegar a la Rivera Hernández, aquí en San Pedro Sula, las siguientes en Atlántida y muchos otros lugares, hasta que lleguemos a mil escuelas”, indicó.
Además, Fujiyama tiene una escuela bilingüe, tres canchas de fútbol y crea fuentes de empleo para muchas familia de la comunidad que construyó.
“Doy gracias a todos los amigos y amigas de Honduras por apoyarme, por apoyar mi fundación. Muchas personas me dicen que tengo cara japonés, cerebro estadounidense y corazón catracho”, dijo con orgullo.
El apoyo que ha recibido mencionó que es increíble. “Siempre montamos campaña para recaudar fondos para la construcción de escuelas y la gente responde”, resaltó.
“Gracias a ustedes (los periodistas), gracias a ellos (al resto que le apoya) hemos logrado lo que hemos logrado”.
Al inicio siempre recordó que no fue fácil; le costó porque casi nadie lo conocía, “yo era trapeador de piso en la cafetería de mi universidad (en Estados Unidos); lo que le ayudó a pagar sus estudios y poder montar la fundación”, que inició hace 15 años.
“La gente se burlaba de mí y me decían que mi idea era una locura, una pérdida de tiempo, pero junto con mis compañeros de la U iba recaudando fondos, vendiendo galletas, lo que fuera, lavando carros en el frío”, memorizó.
Recordó que lo mismo pasó con el canal de YouTube, nadie lo miraba y lo seguía más que su progenitora. “Mi madre creo que era la primera suscriptora; empezaba con un IPhone todo quebrado, con un selfie stick que yo lo fabriqué de un palo que encontré en la calle, y así iba creciendo y creo que ya tenemos uno de los canales más grandes de Centroamérica”, expresó.
Gracias a que Fujiyama nunca se dio por vencido, logró realizar su sueño, pues ahora tiene la fundación considerada la más grande Centroamérica, y por fortuna es Honduras la beneficiada, resaltan los hondureños.
Fuente: Noticias 24/7