Por Darkshak Beltrán
Santiago, Chile.- Durante el año 2011 el entonces sacerdote la iglesia católica, Fernando Karadima, fue encontrado culpable por el vaticano, de múltiples abusos sexuales contra menores de edad.
Él aprovechaba la debilidad de familias de escasos recursos, o la susceptibilidad que tenían algunos menores al perder a alguien de sus parientes o al quedar completamente desamparados.
Nadie sospechaba la monstruosidad que se fraguaba entre las paredes de la iglesia del ‘Sagrado Corazón de Jesús’ en avenida El Bosque, en 1985, en donde trabajó hasta 2006.
El párroco además de ser muy poderoso ya que había formado a por lo menos 40 sacerdotes; era también admirado por la comunidad, a tal grado que lo llamaban “El Santo” o “Santito” por que demostraba piedad, calma, tranquilidad y sobre todo “amor” a sus feligreses.
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David Dorfman, un importante periodista y escritor del diario Clarín en aquel entonces, confesó haber tenido un encuentro con el clérigo durante su juventud y recordó:
“Me sentí atraído por su suave magnetismo, me trató como si yo fuera el centro del universo, como si se preocupara por mi bienestar y mis dilemas; aunque a la vez intranquilo por algo en el brillo de sus ojos persuasivos y el gozo sensual con que sus labios pronunciaban cada sílaba”.
El vaticano a cargo del Papa Francisco hizo justicia
Durante años la iglesia católica investigó las acciones de Karadima, encontrándolo culpable de todos los cargos fue excomulgado de la Santa Sede; fue condenado a una vida de oración, aislamiento de todo lo que tuviera que ver con la religión, sin autorización para relacionarse con otros miembros del catolicismo.
Muchos agradecieron la intervención del santo Papa, sin embargo, hay quienes, como Monckeberg, uno de los denunciantes, consideran que la reacción fue demasiado lenta.
Nunca recibió un castigo por parte de las autoridades terrenales, ya que para el momento de la confirmación de sus crímenes, estos, habían expirado en cuanto a lo que la ley dicta.
Fernando Karadima, murió a los 90 años, en la residencia de ancianos de Santiago donde vivía, confirmaron medios locales y agencias internacionales.
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