Por Darkshak Beltrán
Honduras.- ¿Por qué cuando hablamos de desnutrición la imagen que se nos viene a la cabeza, es un niño muy delgado y débil?
Un infante con desnutrición no lo causa la falta de ingesta de alimentos, sino de los nutrientes que estos alimentos le pueden aportar a su desarrollo.
La desnutrición puede comenzar antes que el niño nazca, con una madre que también lo esté. El infante malnutrido, al nacer presentará un bajo peso y altas probabilidades de retrasos en su curva de crecimiento, desarrollo físico y cognitivo.
La malnutrición también se vincula a otros riesgos relativos, con esto los especialistas quieren decir que, a partir de una sociedad con altos índices de malnutrición, la carga de enfermedades y de mortalidad podrá ser prematura en niños, jóvenes y adultos, y el país cada vez bajará su índice en lo que respecta la calidad de vida.
La nutrición de nuestros niños en Honduras
Estadísticas nos indican que en Honduras, de 100 infantes cerca del 10% nacen con peso por debajo de la media. Situación que exhibe cada día más a problemas severos de crecimiento y susceptibilidad a enfermedades infecciosas. Las principales enfermedades a la desnutrición son, bajo peso al nacer y retraso de crecimiento intrauterino (BPN-RCIU) con un 34,4%; las enfermedades diarreicas agudas (EDA) con un 11,5%; las infecciones respiratorias agudas (IRA) con un 9,2%; y la desnutrición aguda con un 46% de menores afectados. (Alicia Bárcena, CEPAL)
Tomando en cuenta la emergencia sanitaria actual, afectando empleos en muchas familias y los huracanes ETA e IOTA que ocasionaron millonarias perdidas en el agro y dejando sin hogar a miles de familias; la tasa de desnutrición presenta una probabilidad de aumento considerable, en zonas rurales donde el acceso a sanidad y agua potable es escaso.
Factores como, dificultad de adquisición de alimentos densos en nutrientes y aumento de precios, ayudan a que personas con bajos recursos tengan dietas monótonas, basando su alimentación en carbohidratos y alimentos cargados en calorías (Headey, 2019). Los patrones alimentarios monótonos tienen un riesgo elevado de desencadenar una potencial generación de niños y niñas que sufrirán de malnutrición, con hambre oculta y el desarrollo de enfermedades causadas por la carencia de micronutrientes como la anemia, siendo este ya un problema existente en la población hondureña.
¿Qué están haciendo las autoridades gubernamentales de nuestro país?
Hasta la llegada de la crisis sanitaria por Covid-19 a nuestro territorio, se estaban aplicando medidas como la Merienda Escolar y Criando con Amor. Al igual se realiza entrega de suplementos alimenticios durante la pandemia, llegando a niños menores de 5 años de recursos limitados. Se encuentran asociados con la ONU para diseñar soluciones consistentes de desarrollo con el fin de abordar los problemas que hacen que la desnutrición de nuestra niñez hondureña aún exista.
Como menciona Miguel Barreto, director regional para América Latina y el Caribe del Programa Mundial de Alimentos (PMA): “La desnutrición, el sobrepeso y la obesidad son dos caras de la malnutrición que representan un obstáculo para que individuos, familias y comunidades alcancen su óptimo desarrollo,” Recomendando así, realizar inversiones en nutrición durante la primera infancia y generar información periódica y sostenida en Honduras para la oportuna toma de decisiones así como el diseño de programas e intervenciones clave.
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Está en nuestras manos prevenir y combatir
Los primeros 1,000 días desde la gestación del bebe, hasta los 2 años de edad, siendo esta la etapa de desarrollo básico, es de mucha importancia fomentar e incentivar la lactancia, higiene constante, atención sanitaria segura para las familias de estos niños.
La desnutrición en nuestros países latinoamericanos es severa y no se trata solamente de la equidad de oportunidades sino de la falta de aseguramiento alimenticio que existe desde hace muchos años en nuestra región.
Garantizar la alimentación saludable de nuestros infantes en la etapa escolar, mientras ellos descubren su mundo requieren de nutrientes especializados, mantener una ingesta regular de alimentos como el desayuno, creara hábitos alimenticios beneficiosos, aportando a las capacidades de aprendizaje, energía y mayor desempeño en las actividades escolares.
Que los padres sean modelos de una vida saludable para los niños, bailar, saltar la cuerda, jugar al escondite, a la pelota, usar la patineta, bicicleta, triciclo o ir al parque, por lo menos por 1 hora a diario, crearán ambientes divertidos y disminuirán el sedentarismo para sostener una vida escolar alejada de la obesidad. (FAO)
La alimentación saludable, es una rutina diaria que conlleva tomar el agua necesaria para cada niño y adolescente, porciones de vegetales y frutas, por lo menos 5 al día y mantener todos esos hábitos alimenticios y actividades físicas que aporte y promuevan un desarrollo cognitivo, aprendizaje y crecimiento de nuestros hijos.
Pero como sociedad, hay que hacer nuestra parte; organizaciones como CESAL, COPADE, Fundación ETEA y Nutre Hogar desarrollan en Honduras programas y actividades para la seguridad alimentaria, estudios y mejoras de manejo de recursos, productividad agrícola y así fomentar la sostenibilidad ambiental.
Referencias Bibliográficas
Malnutrición en Honduras durante la COVID-19: Jonathan Lara-Arévalo, Lucía Escobar-Burgo
INNOVARE REVISTA DE CIENCIA Y TECNOLOGÍA VOL. 9, NO. 2, 2020
Los datos combaten la desnutrición infantil en Honduras ONU Desarrollo Nov 21, 2019
Hambre aumenta en el mundo y en América Latina y el Caribe por tercer año consecutivo FAO Sep. 11, 18
Plan de acción SELAC 2017-2025
¿Qué es la desnutrición? Unicef España
CESAL Centro de Estudios y Solidaridad con América Latina
COPADE Comercio para el Desarrollo