La tendencia generalizada era la de reducir personal ya antes de la pandemia: lo llevamos viendo mucho tiempo en gasolineras, cajas de supermercado o restaurantes de comida rápida donde los empleados son sustituidos por máquinas de autoservicio.
La crisis mundial por el coronavirus le ha dado un enorme empujón a esta tendencia y, ante la necesidad de reabrir establecimientos ofreciendo garantías de seguridad, muchos locales están reinventándose. KFC se ha sumado a esta tendencia y ha abierto un restaurante en el que no existe ningún tipo de contacto humano y que parece sacado de una película futurista.
El mes pasado McDonald’s dio el pistoletazo de salida de las reformas en el sector de la comida rápida con un experimento de restaurante realizado en la ciudad de Arnhem, en los Países Bajos. Además de las ya típicas marcas en el suelo para que los clientes hagan cola guardando las distancias, se ensayaba la novedad de implementar un sistema de entrega de la comida en las mesas utilizando carritos.
La propuesta de KFC va un paso más allá y prescinde totalmente de empleados, a excepción de los cocineros que elaboran los pedidos en la cocina. Una vez que los platos están listos se depositan en una cinta transportadora del estilo de las de los aeropuertos y en ese punto entra en juego un robot con un brazo mecánico que se encarga de recoger cada pedido y depositarlo en una especie de casillero que conecta con el punto de entrega.
Al otro lado de la pared se encuentran los clientes, que realizan su pedido a través de una máquina. Cuando está listo, el cliente introduce un código y procede al pago mediante tarjeta bancaria o mediante datos biométricos faciales. Una vez abonada la comida, el casillero se abre y pueden recoger su pedido.
Este restaurante futurista se localiza en Moscú y lo cierto es que ya se había ideado antes del estallido de la pandemia. Según el representante de la compañía Dmitry Ageev, el espíritu de esta idea era encontrar métodos más higiénicos para pedir comida. No obstante, teniendo en cuenta el timing, no parece descabellado pensar que la motivación real fuera encontrar métodos para reducir costes en personal y que el tema del coronavirus les haya proporcionado un argumentario tremendamente oportuno.
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