Lirios, rosas y crisantemos producidos con arte y cariño por los floricultores costarricenses, comenzaron a ser destruidos ante la imposibilidad de ser exportados y vendidos en el mercado local e internacional.
La medida la están adoptando los especialistas del ramo después que el brote de coronavirus provocara la suspensión de los vuelos que los llevarían al mercado en Estados Unidos y Canadá, reseñó la agencia Reuters.
William Quirós, propietario de la granja, estimó que el sector del país perdió 10 millones de dólares en los últimos dos meses por no poder vender flores cortadas, y 25 millones de dólares en total al considerar también las ventas perdidas de follaje y ornamentos que las complementan.
Marzo y abril son generalmente los meses más importantes en términos de ingresos para las granjas de flores en Costa Rica, uno de los mayores exportadores de América, siendo el Día de la Madre en Estados Unidos el que tiene la máxima demanda.
Quirós dijo que sus trabajadores ahora están cortando las flores de todos modos porque cultivarlas agotaría el suelo de nutrientes. Pero sus horas y paga se han reducido significativamente.
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