La primera versión hará sus ensayos clínicos en dos semanas, señaló Sarah Gilbert, profesora de vacunología de la Universidad de Oxford. La vacuna tiene un 80 % de posibilidad de éxito, afirmó.
Tras el estallido de la pandemia de la COVID-19, las autoridades sanitarias mundiales han emprendido una carrera con los países para poder encontrar una vacuna que ayude a prevenir la enfermedad. En este camino, una noticia positiva se dio a conocer por el diario The Times el pasado 11 de abril.
Sarah Gilbert, profesora en Universidad de Oxford (Estados Unidos), detalló los avances que han logrado con el desarrollo de la posible vacuna y afirmó que esta podría estar lista en septiembre de 2020. Gilbert señaló además que hay un 80 % de posibilidad de que resulte ser exitosa.
“Eso es casi posible si todo va perfectamente. Nadie puede dar garantías, nadie puede prometer que va a funcionar y nadie puede dar una fecha definitiva, pero tenemos que hacer todo lo que podamos como podamos”, enfatizó la científica.
Gilbert adelantó que ya existe una primera versión de la vacuna. Esta estará terminada en dos semanas y podrá aplicarse a ensayos clínicos.
“Existe la necesidad de fabricar la vacuna para los estudios clínicos bajo condiciones estrictamente controladas, certificadas y calificadas. Entonces el ensayo puede comenzar con 500 personas en la fase 1. Deben ser adultos sanos de entre 18 y 55 años, y normalmente la lectura principal de un estudio de fase 1 es la seguridad”, aseguró.
Una vez completada la primera etapa, agregó Gilbert, la segunda fase puede ser aplicada a un rango de edad más amplio “de 55 a 70 años o más, buscando la seguridad en el grupo de mayor edad, para ver respuestas inmunológicas más débiles”, explicó.
Las pruebas
Los ciudadanos que serán sometidos al ensayo no serán infectados. Ellos seguirán con sus vidas normales para ver si se infectan.
“Si esperamos demasiado tiempo, una gran proporción de personas será inmune antes de que los vacunemos, así que es vital que vayamos rápido antes de que una alta proporción se infecte. Pero eso significa que vamos a tener que hacer estudios en diferentes países porque la cantidad de transmisión del virus se ve afectada por los confinamientos”, indicó.
Sobre los lugares donde se realizarán las pruebas, la experta sostiene que “no es fácil predecir” cuáles son los más adecuados. No obstante, declara que es “cuestión de tiempo” para saberlo.
“Queremos que sean susceptibles y se expongan a los ensayos solo para probar la eficacia”, detalló.
Financiamiento
Como con la mayoría de investigaciones, una de las principales trabas es la inversión. Al respecto, Gilbert expuso que se debe empezar a fabricar millones de dosis para que la vacuna pueda cumplir su objetivo de estar lista en septiembre.
Por lo tanto, pidió más financiación de parte de las autoridades. “Las vacunas no reciben suficiente inversión. Son la intervención sanitaria más rentable, pero se pasa por alto”, reflexionó.
“Muchos de nosotros hemos estado diciendo durante años que necesitamos más vacunas contra estos patógenos de brotes y que tenemos que ser capaces de movernos más rápido cuando hay una nueva pandemia”, dijo.
Discussion about this post